miércoles, 28 de julio de 2010

Ojalá no te hubiera conocido nunca.

En realidad, hubiera deseado no haberte conocido nunca, pero esa opción, no se me presentó en mi patética vida. Apareciste, sin yo haberle pedido nada a nadie. Pero bueno, decidí afrontar lo que se me venía de cabeza con el mejor optimismo que podía tener en ese momento. Me empezaste a sacar sonrisas de niña pequeña, inocentes y con mucho sentimiento. Algo en mí se estaba desatando, y mi alma empezaba a sentirse libre por primera vez. ¡Ésto era algo inevitable! No me lo podía creer, me había enamorado, de una persona, a la que apenas conozco, pero, sin quererlo, se ha hecho tan especial, que creía que se lo debía todo. Llegó el día más esperado en esos últimos meses, y estaba tan nerviosa que necesitaba abrazarte con todas mi fuerzas, para estar segura de que ibas a estar ahí, siempre. Y así fue.
Me llenabas, necesitaba necesitarte, necesitaba quererte, adorarte, llamarte, oírte, abrazarte, amarte, besarte..
Pero claro, todo cuento necesita un final, ya sea, bueno, o malo. Y bueno, pues el nuestro, perdona, el mío, era malo, muy malo. Desapareciste sin motivos, desapareciste sin decir nada, ni avisar, ni nada. Me dejaste tan vacía, tan desamparada, tan sola.. Y, hasta el día de hoy no he conseguido olvidarte, y no creo que lo vaya a hacer, la verdad, no tengo ni la mínima intención de hacerlo. Pero claro, ¿para qué engañarme?, ¿para qué creer que eso me podía llegar a tranquilizar?, ¿para qué... ?. Eran tantas las dudas que dejaste abiertas, y no sólo dudas, heridas, o al menos, una muy grande. Ahora pienso, que no te mereciste, ni mi tiempo, ni mis besos, ni mis te quiero's, ni mis nada. Sólo quiero, que la próxima vez que la vida se presente una oportunidad así, que me avise. Que me avise para que pueda negarla, y que no se me vuelva a presentar jamás. ¡NO ME QUIERO ENAMORAR!. Estoy harta. Ahora espero que con el tiempo, te des cuenta de lo que dejaste sin atar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario