lunes, 24 de enero de 2011

Lo mejor de mi vida eres tú.

Si me regalan el futuro no lo quiero sin ti...
Una promesa, es una promesa. Algo para siempre, repito, SIEMPRE. Algo entre dos. Algo con lo que poder chantajear entre sonrisa y risa, lágrima y abrazo, algo amargo entre algo dulce, algo con lo que puedes tener seguro que lo vas a tener. Yo te prometí que jamás saldrías de mi vida, y para sorpresa mía, todavía no lo has echo, y no pienso permitir que se rompa... Te prometí mil y un abrazos en tus tiempos malos, te prometí mi mejor sonrisa cuando llores, para calmarte. Te prometí que te regalaría mi vida, mi alma y mis sentimientos, de los que ya te pertenecen, porque ya sea desde el sentimiento más agudo al más grave, todos comparten tu nombre. Te prometí amor eterno, para siempre, mi amor, como NUESTRA promesa. Te prometí mis manos para que cuando te sientas solo, las puedas acariciar, te prometí mis labios para que cuando necesites conectar con alguien, los tengas, te prometí miles de tardes en la playa jugando a besarnos y abrazarnos. Te prometí una carcajada aunque sólo sea para seguirte el royo. Te prometí que jamás me alejaría demasiado de ti, porque si no, mi vida se reduciría al mínimo suspiro de mis labios, que a partir de ahora, son tuyos.
Una promesa es de dos, y tú estás en pausa.